Ha transcurrido más de un año desde que nos empezaran a llegar las primeras noticias de un nuevo virus en China. Mucho ha llovido y empezamos a ver lejos el confinamiento total que vivimos, sin embargo, la pandemia se ha mantenido como el principal tema de interés a nivel mundial. Más allá del importante enfoque sanitario que ha dominado las portadas en cada oleada, o la recurrente conversación sobre los efectos en nuestra vida cotidiana donde las mascarillas y restricciones de movilidad han sido las protagonistas, son las consecuencias económicas de la pandemia y los pronósticos de recuperación los que mayor relevancia han ganado estos últimos meses.
Este cambio es, en parte, debido a que empezamos a ver la luz al final del túnel de la crisis sanitaria gracias a la campaña de vacunación, pero también a que hemos tenido tiempo para evaluar, medir y sentir su impacto en todos los sectores de la economía, desde el colapso del sector turístico y de viajes, hasta el repunte de las tecnológicas de comunicación y las tiendas online. Se han discutido todos los enfoques y posibilidades, por eso queremos pararnos un momento y ver cómo la recuperación del IVA encaja dentro de este panorama.
Un nuevo entorno óptimo para la recuperación de IVA
Entre los cambios que han venido para quedarse a consecuencia de la pandemia, podemos destacar dos: los nuevos modelos de trabajo no presenciales y la acelerada incorporación de herramientas digitales en las empresas. Dos puntos que han tenido un impacto en la recuperación del IVA.
El teletrabajo ha incorporado nuevas formas de trabajar que compaginan la presencialidad en la oficina con el trabajo remoto en casa, este modelo híbrido ha supuesto un cambio en los gastos habituales de los empleados. Nos encontramos cambios puntuales que tienden a la normalización, como el incremento de los gastos de alimentación en supermercados frente a la restauración, u otros que tienden a su desaparición, como la compra de materiales sanitarios (geles, mascarilla…). También nos encontramos nuevas necesidades como los desplazamientos de emergencia cuando se está teletrabajando para atender a un cliente, que pueden incluir gastos en taxis, comidas o parking. Todos esto supone la generación de gastos deducibles, muchos de los cuales se presentan en forma de facturas simplificadas, por lo que servicios flexibles como el de recuperación del IVA soportado en tickets son una herramienta tan útil como necesaria.
Por otro lado, encontramos una aceleración de la llamada cuarta transformación digital. Esto supone la incorporación de nuevas herramientas digitales para conseguir una optimización de procesos tradicionalmente manuales, y por tanto lentos y propensos a errores; vemos un claro ejemplo de esto en la gestión de gastos.
Este nuevo entorno digital es propicio para servicios como el de recuperación del IVA por 2 motivos. El primero surge de la mayor implementación de aplicaciones y softwares de gastos que permiten la digitalización de los recibos, de esta manera se preserva mejor la documentación y se simplifica el proceso, lo que conlleva un mayor éxito en la deducción. El segundo viene del minucioso análisis de los datos contenidos en los tickets y facturas posible gracias a la capacidad de captación y procesamiento de la data que brindan estos procesos digitales, aportando a los responsables valiosa información a la hora de tomar de decisiones. Se pueden encontrar nuevas oportunidades de ahorro al conocer que gastos presentan una mayor deducción, optimizar las políticas corporativas tras analizar que tipología de proveedor es la óptima para sus empleados (¿están siendo más rentables los desplazamientos en taxi o vehículo privado?, por ejemplo) o conocer cuáles son sus principales proveedores para negociar tarifas especiales. La digitalización de las empresas aporta una nueva dimensión a servicios como la recuperación del IVA.
El papel de la deducción del IVA en la recuperación
Dentro del periodo de reconstrucción y recuperación en el que estamos entrando, las empresas se tendrán que valer de todos los recursos a su disposición. Dentro de sus prioridades (a mayores de la propia digitalización) encontramos la obtención de liquidez y la mejora de la rentabilidad.
La recuperación del IVA doméstico se presenta como una fuente alternativa de liquidez que a día de hoy todavía muchas empresas no están explotando, y si lo hacen, con frecuencia no aprovechan todo su potencial. La causa principal es el elevado volumen de documentación que se debe gestionar, la mayoría en forma de facturas simplificadas que no son justificantes válidos para la AEAT por la falta de información (datos del receptor, desglose de IVA…) por lo que es necesario solicitar una factura de canje. Sin embargo existen alternativas en forma de empresas especializadas que realizan esta gestión, eliminando la carga de trabajo a la compañía cliente para que solo perciba el beneficio. Un proyecto especialmente interesante en su inicio, ya que se pueden deducir los gastos de los últimos 4 años no prescritos, lo que se traduce en una importante suma de dinero.
Por último, queremos detenernos brevemente en la reactivación de los viajes corporativos. Poco a poco estamos volviendo a viajar, pero no como antes, viajamos menos y mejor. El viaje ha pasado de verse simplemente como una forma para generar contactos, a percibirse como una inversión de la que se espera retorno. Es en esta nueva búsqueda de rentabilidad que la recuperación del IVA de los recibos generados contribuye a obtener un balance positivo al reducir el gasto final, convirtiéndolo en liquidez en la siguiente declaración.
En definitiva la deducción del IVA se presenta como una palanca para la recuperación al servicio de las empresas en un entorno cada vez más digital y conectado que potencia su efectividad, haciendo de este el momento ideal para su implementación.
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